Anatomía de los tejidos vasculares de las hojas
La hoja es una de las partes más importantes de los vegetales puesto que es la parte de la planta que está encargada de realizar la función fotosintética. Desde el punto de vista de la histología, o sea, de los tejidos y otras formaciones de la hoja, este órgano está formado por:
Epidermis.
Mesófilo (del griego meso - en medio y phyllon - hoja).
La epidermis es una capa de células transparentes recubierta por una cutícula, complementada a menudo por ceras, que es esencialmente impermeable y limita la pérdida de agua por transpiración; en las plantas adaptadas a climas áridos, la cutícula puede ser tan espesa que le da a las hojas una consistencia coriácea.
Los intercambios gaseosos entre la hoja y el ambiente se efectúan principalmente a través de pequeños orificios en la epidermis llamados ostiolos que son como pequeños ojales de apertura controlada en estructuras pluricelulares llamadas estomas. Lo fundamental en un estoma son dos células en forma de riñón o judía, que abren el orificio - o lo cierran, por ejemplo, para reducir la transpiración. Los estomas suelen ser más numerosos en la cara inferior (envés) de la hoja.
Muchas plantas presentan aún en la epidermis (no sólo de las hojas, sino también del tronco o de las flores) pelos llamados tricomas, que pueden ser unicelulares o multicelulares. El conjunto de estos apéndices se llama indumento. Algunas de estas estructuras tienen funciones especiales, como por ejemplo, la producción de compuestos químicos que sirven para proteger la planta contra los animales o para atraerlos (por ejemplo, para la polinización).
El interior de la hoja - mesofilo - está formado por parénquima, un tejido de células semejantes y muy permeables que normalmente poseen gran cantidad de cloroplastos, en ese caso el tejido pasa a llamarse clorénquima. La función principal de este tejido es realizar la fotosíntesis y producir las sustancias nutritivas que permiten la vida de la planta. Este tejido también puede poseer células especializadas en el almacenamiento de agua u otros fluidos - hojas carnosas, como las de las crasuláceas.
El mesofilo se divide en dos tipos diferentes de parénquima:
El tejido en empalizada, formado por células alargadas y dispuestas transversalmente a la superficie de la hoja, para darle consistencia.
Tejido esponjoso, formado por células más redondeadas.
El color de las hojas puede variar, según los pigmentos existentes en sus células. Estas diferentes coloraciones pueden ser características de la propia especie o estar causadas por virus o por deficiencias nutritivas. En climas templados y boreales, las hojas de muchas especies cambian de coloración con las estaciones del año y caen en la época en que existe menos luz y en que la temperatura es baja; la planta sin hojas pasará el invierno en un estado de metabolismo reducido, alimentándose de las reservas nutritivas que hubiera acumulado.
Forma de las hojas de las plantas vasculares
Tipos de hojas.
La forma de las hojas suele ser característica de las especies, aunque con grandes variaciones entre individuos e incluso dentro del mismo individuo. Podemos diferenciar las hojas simples y las hojas compuestas:
Hoja simple. Aquella formada por un sólo foliolo.
Hoja compuesta. Aquella formada por más de un foliolo.
Las formas típicas de hojas simples de plantas vasculares son:
Hoja acicular. Es la hoja linear, puntiaguda y por lo común, persistente, como las del pino (en la imagen, letra b).
Hoja aovada. La que siendo aguzada por el ápice guarda en el resto la figura del contorno de un huevo.
Hoja aserrada. Aquella cuyo borde tiene dientes inclinados hacia su punta, como las de la violeta (en la imagen, letra n).
Hoja cuneiforme. Aquella con forma de 'pico de pato', como las de algunas especies del genero Pittosporum como el P. tobira.
Hoja dentada. Aquella cuyos bordes están festoneados de puntas rectas como la del castaño común.
Las formas tipicas de hojas compuestas de plantas vasculares:
Hoja digitada. La compuesta cuyas hojuelas nacen del peciolo común separándose como los dedos de la mano abierta, como las del castaño de Indias.
Hoja discolora. Aquella cuyas dos caras son de color diferente.
Hoja entera. La que no tiene ningún seno ni escotadura en sus bordes como la de la adelfa.
Hoja enterísima (madreselva).
Hoja enterísima. La que tiene su margen sin dientes, desigualdad ni festón como las de la madreselva.
Hoja envainadora. La que envuelve el tallo como las del trigo.
Hoja escotada. La que tiene en la punta una escotadura más o menos grande y angulosa como la del espantalobos.
Hoja escurrida. La sentada cuya base corre o se extiende a ambos lados por el tallo como la del girasol.
Hoja lanceada o lanceolada. La de figura de hierro de lanza como la del aligustre.
Hoja nerviosa. La que tiene unas rayas de arriba abajo sin dividirse en otros ramillos com las del llantén.
Hoja perfoliada. La que por su base y nacimiento rodea enteramente el tallo pero sin formar tubo.
Hoja radical. La que nace de la raíz como la de la mandrágora.
Hoja trasovada. La aovada más ancha por la punta que por la base como las del espino.
Hoja venosa. La que tiene vasillos sobresalientes de su superficie que se extienden con sus ramificaciones desde el nervio hasta los bordes como las del ciclamor.
Hoja verticilada. La que nace con otras muchas alrededor del eje a una misma altura
Bibliografia: http://es.wikipedia.org/wiki/Hoja
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